"El sistema democrático -entre comillas- tiene una bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del uso conciente, muy conciente, del voto en blanco. Eso sería darle un susto, un susto tremendo al sistema electoral. A mí me gustaría que la ciudadanía le diera un susto muy fuerte a la clase política con el voto en blanco. Así se tenga el 80 por ciento de abstención, el sistema seguirá funcionando, pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra con un 80 por ciento de votos en blanco?"
José Saramago

viernes, 21 de mayo de 2010

LLAMAMIENTO AL PENSAMIENTO Y AL VOTO DE LA LUCIDEZ

LLAMAMIENTO AL PENSAMIENTO Y AL VOTO DE LA LUCIDEZ

"El sistema democrático -entre comillas- tiene una bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del uso consciente, muy consciente, del voto en blanco. (...) pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra con un 80 por ciento de votos en blanco?"
José Saramago (Ensayo sobre la lucidez)

Los sectores sociales, políticos, culturales, étnicos, que suscribimos este llamamiento, a 10 días de la primera vuelta en las elecciones presidenciales 2010 - 2014, reconociéndonos como portadores de opciones, prácticas y criterios de izquierda, apelamos a la conciencia política de la Colombia profunda, conformada por quienes de diferentes maneras rechazamos el país de la ignominia, la corrupción, la guerra del capital, la vacilación y el tráfico de los principios, para que expresemos con el VOTO EN BLANCO, uno de los rostros políticos de ciudadanas y ciudadanos inconformes.

Las fábricas de opinión política, financiadas por los grandes magnates han diseñado una estrategia de consenso y componenda, que ofende al pensamiento, planteándonos uno de esos dilemas “falsamente verdaderos” a los que nos han acostumbrado los que se han lucrado de la desorganización de los de abajo: escoger entre dar continuidad al país construido por el uribismo, administrado como hacienda mafiosa, o entre esa misma hacienda mafiosa, con mayor inversión internacional, articulada, sin vergüenza a los circuitos del capital global, pero administrada por déspotas ilustrados. Es un dilema falsamente verdadero, en la medida en que el modelo económico neoliberal y la iniquidad que ha generado no se piensa transformar, pero si habrá cambios en el régimen político y en el tipo de dominación ejercida. Este dilema actúa sobre la realidad política y crea realidad política, por eso es una tarea del pensamiento discernir acerca de cómo se quiere continuar, así sea con giros lingüísticos y simbólicos, con el modelo de “seguridad democrática” que nos convirtió a todos en combatientes de una guerra que rechazamos; con la “confianza inversionista”, que sin sonrojarse, hace de la explotación y la precarización, la vida de millones de personas; y la “cohesión social”, a partir de fragmentar la sociedad, abolir la democracia y miserabilizar para dominar a los “beneficiarios” de programas como Familias en Acción. Preguntamos, quién de los candidatos hace rupturas radicales con ese modelo.

Hoy como nunca, en coyunturas electorales como estas, en medio de la saturación mediática, los shows carnavalescos, la trivialización de los problemas de la nación, se quiere limitar la capacidad del pensamiento, por naturaleza peligroso por cuestionador, para discernir y posicionarse. En momentos históricos como estos, no es el escepticismo, el pragmatismo de optar por el “mal menor”, ni mucho menos la indiferencia, la praxis consecuente de la indignación. VOTAR EN BLANCO es el acto de conciencia, para un país acostumbrado al tráfico ético, al malabarismo filosófico y al genocidio de los disidentes e incómodos.

Pero también hoy, VOTAR EN BLANCO es un llamado a las izquierdas y de manera particular al POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO, para que radicalice su postura, es decir para que fortalezca sus raíces ideológicas y políticas en pro de sociedad alternativa al neoliberalismo, al autoritarismo, a la entrega de la soberanía, al culto al capital y el desprecio por el pueblo, cerrándole sin vacilación el paso a la capitulación programática, o los llamados de última hora para mostrarse sin convicción sincera, como adalides de las causas de los oprimidos.

¡Votemos en blanco!

20 de mayo de 2010
Bogotá.


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