"El sistema democrático -entre comillas- tiene una bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del uso conciente, muy conciente, del voto en blanco. Eso sería darle un susto, un susto tremendo al sistema electoral. A mí me gustaría que la ciudadanía le diera un susto muy fuerte a la clase política con el voto en blanco. Así se tenga el 80 por ciento de abstención, el sistema seguirá funcionando, pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra con un 80 por ciento de votos en blanco?"
José Saramago

jueves, 15 de abril de 2010

POR UN PROYECTO ALTERNATIVO DE PAIS, VOTEMOS EN BLANCO PARA ELECCIONES PRESIDENCIALES, PROMOVAMOS LA MARCHA PATRIOTICA Y TRABAJEMOS EN LA CONCRECION D

200 AÑOS DE LUCHAS POPULARES POR UN PAIS INDEPENDIENTE, UNA NACION SOBERANA Y UNA REVOLUCION POPULAR

MODEP

El pueblo colombiano con una riqueza en su historia de resistencia y una diversidad en su composición: obrero, campesino, indígena, afrodescendiente, estudiante, raizal…, durante 200 años ha buscado construir alternativas políticas al dominio colonial, semicolonial y neocolonial de diferentes potencias imperialistas, y a la opresión de las clases dominantes. El proyecto independentista de comienzos del siglo XIX, el socialismo artesanal de mediados de siglo XIX, la gesta socialista de la década de 1920, la propuesta gaitanista popular de la década de 1940 y el torrente revolucionario que se inició en la década de 1960, han sido los principales intentos de conformar Proyectos Nacionales Demócraticos y Patrióticos, que han legado valiosas lecciones.

En los últimos 30 años se impuso a sangre y fuego un régimen neoliberal, narcotraficante en proceso de fascitización y postrado ante las demandas de los Estados Unidos; proyecto que además de socavar la soberanía nacional ha buscado acabar con la capacidad de organización y resistencia del pueblo. La expresión más neoliberal y fascista de estos treinta años es sin duda el proyecto uribista, cuya dictadura de capital financiero, mafioso e imperialista ha orientado la base económica y social del país a favor de los megamonopolios imperialistas y de los intereses de la granburguesía y los terratenientes colombianos.

La esperanza de cambios profundos anhelados por las amplias mayorías ha buscado sus cauces por diferentes vías y estrategias que los sectores revolucionarios han desarrollado. Sin embargo el poder mafioso, paramilitar y granburgués ha impedido que estas propuestas logren el apoyo popular y nuevamente vivamos un ciclo de dispersión y desarticulación de las luchas. El último régimen ha consolidado un modelo fascista basado en la transformación de la política en “seguridad democrática”, que en nombre de la guerra antiterrorista y de la inversión capitalista estigmatiza los derechos humanos, los derechos laborales como amenazas terroristas, con lo cual justifica el genocidio, la organización de redes de espionaje, la persecución, el encarcelamiento de los dirigentes sociales y de los trabajadores, la amenaza de la utilización del "poder de las armas", el crecimiento del presupuesto militar y el favorecimiento de la continuidad de la política de conformación de grupos paramilitares.

Esto último se hace evidente con la transformación de nuestro país en una plataforma militar de los Estados Unidos, para dar mayor confianza inversionista a los monopolios que vienen por nuestros recursos y para, en nombre de la “guerra contra el terrorismo” conspirar contra los procesos de integración latinoamericana y de los gobiernos democráticos que buscan transformaciones al servicio de sus pueblos.

En estas condiciones proponemos al movimiento revolucionario y democrático, a los patriotas colombianos y al pueblo en general tres iniciativas de acción política que aporten la construcción del nuevo proyecto revolucionario que se ha empezado a conformar en los diversos escenarios de nuestro país: el VOTO EN BLANCO para las próximas elecciones, la MARCHA PATRIOTICA en la conmemoración y movilización por el Bicentenario en la perspectiva de los sectores populares y el CONGRESO DE LOS PUEBLOS como paso necesario en la construcción de un programa de unidad y de una perspectiva de transformación social.

¿Por qué VOTO EN BLANCO el 30 de mayo?

La actual coyuntura política preelectoral se caracteriza por que los 6 candidatos a los cuáles el régimen les ha dado cabida en los medios de comunicación y en la opinión favorable de la granburguesía (Juan Manuel Santos, Nohemí Sanín, Antanas Mockus, Germán Vargas Lleras, Rafael Pardo, Gustavo Petro), se muestran como continuadores o por lo menos complacientes con el modelo económico y político fascista y neoliberal, implementado en los últimos 30 años, eso si con matices y diferencias, pero y esto debe ser claro, sin proponerse una ruptura cabal y plantear una alternativa por fuera de la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social (corporativa y fascista).

Juan Manuel Santos, representa los intereses del sector financiero, de los monopolios imperialistas minero energéticos y del monopolio militar: Grupo Social y Empresarial de la Defensa GSED (el quinto grupo monopólico colombiano). Con la vinculación de Angelino Garzón quiere ampliar la base social del fascismo enfatizando en su dimensión corporativa.

Nohemí Sanín agencia los intereses de los grandes terratenientes exportadores y tradicionales y de monopolios imperialistas europeos, por eso se esfuerza en mostrarse como la auténtica continuadora del uribismo.

Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical, representa a sectores granburgueses y burócratas de las telecomunicaciones, difiere del modelo en asuntos de reparto burocrático, pero es fiel en la defensa del modelo y ahora coquetea con Santos.

Antanas Mockus, apoyado por sectores del sindicato antioqueño (producto de la alianza con Fajardo), expresa el lado tecnocrático que exigen las clases dominantes, promoviendo el neoliberalismo y llamando a frenar la corrupción a partir de seguridad democrática y más cohesión social corporativa.

Rafael Pardo del partido Liberal, apoyado por grupos monopólicos colombianos y europeos defiende los logros neoliberales de Uribe, su política de seguridad democrática y llama a afianzar la cohesión social, con políticas sociales que no cuestionan para nada el modelo neoliberal.

Gustavo Petro, del PDA, viene distanciándose de forma atropellada y acelerada frente a los planteamientos del Ideario de Unidad, así como el carácter de ser izquierda como alternativa necesaria, hoy se plantea como un candidato que no va a comprometer los objetivos políticos, militares y económicos del modelo impuesto, para mostrarse como un sujeto dócil a los intereses hegemónicos y así ganar la favorabilidad electoral de las elites.

Es decir estos candidatos se mueven, con matices, en el marco del proyecto uribista.

El MODEP, integrante del Polo Democrático Alternativo - PDA, le propone a los candidatos Jaime Araújo, Róbinson Devia y Jairo Calderón, cuyas propuestas, muchas de ellas valiosas, han sido silenciadas y vetadas por los medios informativos de la granburguesía, así como al conjunto de fuerzas integrantes del PDA, que rechacemos la legitimación que el régimen está haciendo con las próximas elecciones, construyendo una propuesta de movilización popular a partir de la campaña del VOTO PROTESTA.

Trabajar por una propuesta alternativa que devuelva a las grandes mayorías de este país el optimismo revolucionario y el coraje para que sea posible una Colombia democrática y soberana, incluye la campaña por el VOTO PROTESTA en las elecciones presidenciales del 30 de mayo (que se extenderá si hay segunda vuelta), para fortalecer la corriente de opinión inconforme que se expresa por medio del VOTO EN BLANCO.

Nos oponemos a la idea pragmática del denominado VOTO UTIL, que consiste en la práctica de votar por el menos malo, o el más “progresista” de los reaccionarios, o dar el voto a algún candidato que en las encuestas aparezca como ganador, para “no perder el voto”; otra expresión de esta visión burguesa del voto útil, es el supuesto castigo con el voto, hoy está operando con la idea de que se debe castigar a la izquierda polista, dando el voto a Mockus, que “ese si sabe” y es menos “malo, que el más malo, Santos”, el voto útil es un voto a favor de las clases dominantes, pues debilita la construcción de proyectos políticos históricos. Por esto hoy, tácticamente el voto protesta no puede ser el voto útil, sino el voto en blanco.

Además, a partir de la reforma electoral de 2009 el VOTO EN BLANCO viene ganando audiencia, como fue el caso de la circunscripción indígena a la Cámara, en donde el 14 de marzo triunfó el VOTO EN BLANCO que obliga a repetir las elecciones con otros candidatos.

Pero el VOTO EN BLANCO, solamente expresa una de las manifestaciones del inconformismo social, por eso debemos proponer escenarios políticos de movilización y alternativas de unidad popular y vocación de poder, los cuales encontramos en la propuesta de MARCHA PATRIOTICA y por su puesto el CONGRESO DE LOS PUEBLOS.

¿Por qué la Marcha patriótica y el Congreso de los Pueblos?

Diferentes organizaciones sociales y políticas nos hemos unido en la idea de una conmemoración popular y contrahegemónica del Bicentenario, una de las iniciativas es la realización, desde diferentes regiones del país de una movilización conmemorativa por la independencia y la soberanía: la MARCHA PATRIOTICA, como proceso de expresión de otra forma de recordar la gesta de la Independencia, ligada a la denuncia de la pérdida de soberanía e independencia ante las políticas entreguistas de los gobiernos de turno, principalmente del régimen uribista. Participamos en la marcha y apoyamos los pronunciamientos y tareas que de allí se deriven, fundamentalmente lo que convoque la MARCHA PATRIOTICA para el desarrollo del CONGRESO DE LOS PUEBLOS.

Nuestras razones para impulsar, defender y concretar estas iniciativas son las siguientes:

Porque se hace necesaria y urgente la reconstrucción de la unidad programática y estratégica de las organizaciones sociales, obreras, campesinas, indígenas, afrodescendientes, juveniles, de mujeres y de su alianza con las fuerzas políticas democráticas, revolucionarias y patrióticas, esto es lo que constituye el Movimiento Popular de Liberación.

Porque es prioritario declarar la oposición popular y democrática al modelo económico y político que busca perpetuarse con los continuadores del uribismo.

Porque es fundamental, a partir de la unidad programática de las diferentes expresiones del pueblo, conformar gérmenes políticos de Gobierno Democrático Popular.

La Marcha patriótica y el Congreso de los Pueblos son parte del necesario proceso de reconstrucción de un proyecto alternativo de país y la ruta de su construcción, ya que se proponen atraer a amplios sectores del pueblo a sus iniciativas y tiene en la organización y la movilización popular las herramientas fundamentales para lograr sus objetivos.

Para el Modep, la conmemoración del Bicentenario está enmarcada en todo este proceso por concretar un proyecto nacional revolucionario, en torno a un programa transformador, que una al pueblo y produzca un liderazgo y una fuerza política con la capacidad para conducir la lucha. Nuestra conmemoración bicentenaria insiste en la necesidad de recobrar el valor del patriotismo no chovinista, del patriotismo revolucionario, como parte de las tareas de educación política y la organización del pueblo en torno a un programa de lucha en donde deslindemos del proyecto fascista y construyamos otro camino hacia una Colombia libre, próspera y soberana.

La propuesta del MODEP para la Marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos: Soberanía, Independencia y Vida Digna.

Movilizarnos para evitar la destrucción ambiental, social y cultural que tendrá la entrega del territorio a los monopolios imperialista, del oro, el carbón, el petróleo, el gas, los minerales estratégicos. Y trabajar por una legislación sobre el uso no predatorio y antinacional de los recursos.

Proponer un nuevo sistema de seguridad social que ponga por encima el criterio de garantizar la vida digna del pueblo.

Impulsar un proceso de modernización y fortalecimiento de las empresas públicas.

Fortalecer la lucha en contra de los TLC con Estados Unidos y Europa y proponer un sistema de integración económica latinoamericana con base en el respeto a la soberanía de cada país.

Luchar por la expulsión de las bases militares estadounidenses y la abolición de los tratados militares internacionales contrarios a la conformación de un país garante de la paz mundial y la lucha contra el dominio colonial y neocolonial.

Demandar a la comunidad internacional de Derechos Humanos, la investigación y la exigencia de que el Estado proceda a realizar el desmantelamiento completo de los paramilitares, de sus promotores y encubridores, así como de las redes de espionaje y persecución contra el pueblo.

Impulsar una reforma agraria que establezca un sistema de soberanía y seguridad alimentaria, liquide el latifundio, garantice las zonas de reserva campesina, los territorios ancestrales de indígenas y afrodescendientes.

Impulsar la lucha por un Plan de reactivación productiva, que brinde respaldo a la economía campesina, a las empresas productivas del sector público, cooperativo, privado no monopolista.

Acabar con el sistema de prebendas y exenciones tributarias a los monopolios imperialistas.

Implementación de una política de tarifas especiales en transporte, educación y recreación para estudiantes, personas de la tercera edad y mujeres cabeza de familia.

Garantizar que el Presupuesto Nacional reduzca el pago de la deuda externa, el presupuesto militar y los gastos suntuarios de la burocracia estatal.

A 200 AÑOS DE LA LUCHA DE INDEPENDENCIA, LA MARCHA PATRIOTICA Y EL CONGRESO DE LOS PUEBLOS, SON UN PASO MAS EN LA UNIDAD DE TODAS LAS FUERZAS DEL PUEBLO PARA CONSTRUIR UNA COLOMBIA POSIBLE, LIBRE, SOBERANA, PROSPERA E INTEGRADA A LOS PROCESOS DEMOCRATICOS DE AMERICA LATINA.

ABRIL DE 2010



Hagamos un ensayo de lucidez: votemos en blanco

Por Frank Molano Camargo, Docente Universidad Distrital Francisco José de Caldas – Vocero del Movimiento por la Defensa de los Derechos del Pueblo MODEP

"El sistema democrático -entre comillas- tiene una bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del uso conciente, muy conciente, del voto en blanco. Eso sería darle un susto, un susto tremendo al sistema electoral. A mí me gustaría que la ciudadanía le diera un susto muy fuerte a la clase política con el voto en blanco. Así se tenga el 80 por ciento de abstención, el sistema seguirá funcionando, pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra con un 80 por ciento de votos en blanco?"
José Saramago
En el 2004 el premio nobel de literatura José Saramago con su obra Ensayo sobre la lucidez, propone una trama literaria en torno a la respuesta a la pregunta ¿Qué ocurriría si, en las próximas elecciones, más del 80% de la población de una ciudad o un país decide votar en blanco?.
En la novela Saramago cuestiona las características de los sistemas políticos del capitalismo contemporáneo, en donde por regla general, el sistema funciona sobre la base del control del “rebaño desorientado”, que siempre elige entre los candidatos que el sistema permite. En la novela, un día de elecciones

resulta que los votos válidos no llegan al 25% del total, imponiéndose además el voto en blanco. Los administradores del régimen político no pueden creer lo sucedido, se debaten entre la idea de una conspiración de grupos extremistas y la pérdida de fe patriótica entre aquellos que votaron en blanco. Al no encontrar culpables el gobierno fabrica un responsable: un movimiento revolucionario, pacífico y democrático, que expresa su maldad a través de las libertades individuales. Por esto el régimen acude a las prácticas de terrorismo de Estado para obligar a la población a arrepentirse de su decisión y volver a los causes de la normalidad política tradicional. En esa estrategia de castigo sobre la población votante en blanco, Saramago, critica también el papel de la izquierda domesticada, representada en el “PDI” de la novela, que no puede entender tampoco la lógica del masivo voto en blanco y termina culpando al movimiento revolucionario por conspirar contra el sistema, que al fin y al cabo era el mejor para ese tipo de izquierda.
La obra de Saramago invita a los ciudadanos a posicionarse sobre sus decisiones políticas cuando comprendemos que las alternativas electorales existentes no representan ninguna transformación para mejorar las condiciones sociales y económicas de un presente vivido.
La experiencia histórica de las democracias realmente existentes, demuestra que votar a la derecha para castigar a la izquierda o a la izquierda para castigar a la derecha no hace sino apuntalar los proyectos que el régimen político requiere. El régimen se da el lujo de permitir disidentes, eso sí que no pongan en peligro los soportes fundamentales del modelo de dominación. Hoy no tiene sentido votar Mockus o Petro para castigar Uribe, o votar Santos para castigar Polo. Se trata de asumir que ninguno de ellos, ni todos ellos, ni unos combinados con otros, son saludables para la enfermedad que padece la democracia colombiana.
Los candidatos actuales representan, con sus matices, la continuidad de un modelo de país degradado y humillado por el terror paramilitar, la ambición desmedida narcotraficante, la humillación y sojuzgamiento neocolonial, la voracidad de los monopolios, el desprecio por la vida del neoliberalismo, el odio de las élites por la vida de las gentes sencillas, la obsesión eficientista de los tecnócratas.
Hoy los cambios pasan por escenarios políticos distintos a los tres poderes públicos vigentes, pasan por reconstruir este país desde sus cimientos. Este régimen que enferma y mata requiere la solución maya pronosticada para el 2012. El VOTO EN BLANCO es sin duda un paso en esa dirección.
El 30 de mayo de 2010 no votemos ni Santos, ni Vargas, ni Sanín, ni Pardo, ni Mockus, ni Petro. Votemos BLANCO y busquemos nuevos escenarios políticos en donde construyamos una democracia popular que ha sido secuestrada.
En esta coyuntura política, más que en ninguna otra, el voto en blanco es la mejor expresión de rechazo a los políticos del régimen, incluso a aquellos a los que se les ha dado la tarea de canalizar la desesperanza, queriéndose mostrar como la alternativa, pero que solo son uno una de las caras de esa cinta de moebius, que da la impresión de tener dos caras distintas, pero que en realidad solo tiene una cara que se repite infinitamente, de eso Mockus y Petro saben bastante.
Es la hora de una lucidez a la colombiana , la cual no se puede agotar en el necesario VOTO EN BLANCO ante tanta desvergüenza y ausencia de política (en el sentido estricto del término), la lucidez obliga a crear escenarios políticos que anuncien alternativas colectivas al régimen. Un escenario posible es el que diferentes organizaciones sociales y políticas estamos prefigurando en torno a la idea del Congreso de los Pueblos, como espacio en donde pensemos otra u otras Colombias posibles y distintas a la Colombia de los narcos, los corruptos, los tránsfugas, los complacientes, los arribistas.
Por ahora lo urgente, votar en blanco el 30 de mayo.

viernes, 9 de abril de 2010

La Izquierda sin candidato

En los días recientes ha circulado esta entrevista de Carlos Gaviria, a la periodista María Laura Carpineta. Publicada por el diario argentino Página/12, el 19 de marzo. Para tener en cuenta el análisis de los contenidos de las "propuestas" de quienes aspiran a la presidencia. El ex candidato presidencial alertó que la izquierda se quedó sin candidato y que todos los partidos, incluido el suyo, proponen continuar con la política de seguridad de Uribe.

Por María Laura Carpineta

Al veterano líder del Polo Democrático Carlos Gaviria no le gusta caer en la desesperación, ni siquiera cuando el horizonte cercano de los colombianos no augura nada alentador. Las elecciones legislativas del domingo pasado mermaron las bancas de la izquierda y la dejaron muy mal parada para las presidenciales de mayo. “El próximo presidente será un verdadero heredero de Álvaro Uribe”, pronosticó Gaviria en un diálogo telefónico con Página/12, desde su departamento en Bogotá.

Alejado de la dirección del Polo después de perder las internas presidenciales con el senador Gustavo Petro, el ex juez se mantuvo al margen de la campaña electoral. Dice que esta vez no le toca ser el protagonista. En la última elección presidencial fue el candidato del Polo y por primera vez en la historia de Colombia la izquierda se había erigido como la segunda fuerza nacional. Pero Uribe y sus aliados avanzaron mucho desde entonces y es poco probable que repitan la hazaña. “Las elecciones legislativas demostraron que el país se fue conservatizando. Hasta el propio candidato del Polo adoptó una actitud de centro”, se lamentó el ex profesor de Derecho de Uribe.


–¿Por qué la izquierda perdió tanto terreno en las últimas elecciones?

–El país se fue conservatizando bajo el gobierno de Uribe. Los partidos de derecha son los que disfrutaron los beneficios de la burocracia. En cambio, la izquierda sufrió una campaña de descrédito tremenda, especialmente los sectores de izquierda del Polo. Nos relacionaron con la lucha armada. En cifras absolutas, el Polo no perdió muchos votos, pero como el padrón electoral creció mucho, perdimos bancas.

–En 2006, la izquierda hizo mejor elección en las presidenciales que en las legislativas. ¿Se puede repetir eso en mayo?

–Es muy difícil. El propio candidato del Polo adoptó una actitud de centro, desmarcándose de la izquierda. Como senador, Petro votó por el actual procurador general de la Nación, un fanático tremendo y un aliado de Uribe. Eso provocó que dentro de la izquierda muchos se fueran.

–¿Los colombianos se quedaron sin una opción de izquierda para las próximas elecciones presidenciales?

–Sin duda. El Polo está haciendo propuestas muy parecidas a las del resto de los partidos. El problema hoy en Colombia es que el centro está más que copado. Se necesita un candidato que asuma el lugar de la izquierda, desmarcándose de la lucha armada. Acá eso no es nada fácil.

- ¿En qué coinciden todos los candidatos?

–Por ejemplo, en la seguridad democrática, la política de Uribe para enfrentar a las guerrillas. No importa el deterioro enorme de los derechos humanos ni los cientos de casos confirmados de falsos positivos (campesinos y jóvenes asesinados que el ejército hacía pasar por guerrilleros). Hasta Petro dice que él seguiría el camino de la seguridad democrática. No hay ningún candidato que ponga adelante la paz, que diga que ese es el único camino para alcanzar una sociedad democrática.

–¿Por qué?

Porque Uribe triunfó. Su proyecto fue mantener el estado de cosas en el país, las desigualdades y la pobreza, mientras la gente se contentaba con la disminución de los secuestros. A su gobierno no le importó atacar las causas que crearon el conflicto: la pobreza y el desempleo, que araña el 13 por ciento. ¿Cómo puede ser que hace dos años el PBI creció mucho más allá de lo que se esperaba, pero igual no se achicó la brecha entre pobres y ricos ni se creó empleo?

–Y aún así los colombianos volvieron a apostar por los aliados de Uribe, inclusive por los legisladores con probados nexos con los paramilitares.

–El país en su gran mayoría tiene una conciencia tan conservadora que no le importa que algunos de los miembros del Congreso hayan sido vinculados con el paramilitarismo y por eso votaron a sus hijos, primos...Eso da una idea del grado del embrujo de la población con el proyecto de Uribe.

–¿Eso significa que su candidato presidencial, el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos, tiene todas las de ganar?

–Es el favorito. Santos encarna la misma política de Uribe. El esquema económico es fundamentalmente igual y no hay que olvidarse que él era el ministro de Defensa cuando surgieron los falsos positivos, algo que a la gente no parece importarle.

–Pero no tiene el carisma de Uribe...

–No tiene su carisma, pero va a tener un apoyo aún más contundente de las familias más poderosas del país, porque es uno de sus hijos predilectos. El país va a vivir en guerra durante mucho más tiempo, lamentablemente. Con suerte el fracaso en materia de empleo y salud va a empezar a desmoronar el prestigio del próximo gobierno. Santos va a copiar la estrategia de Uribe, aunque quizá no con tanto éxito.


Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-142278-2010-03-19.html

Nuestra Campaña Electoral


VOTEMOS EN BLANCO

PRESIDENTE

Luego de las pasadas elecciones legislativas podemos ver con claridad el nuevo panorama político de marcada tendencia conservadora que fortalece a los partidos de derecha, y deja ver la debilidad de la izquierda que no logra deslindarse del bloque ideológico dominante y ocupar la posición que le correspondería en la disputa política por una sociedad mas justa y democrática.

El escenario político es desalentador. De un lado la derecha se posiciona con un congreso mayoritariamente Uribista que garantiza la continuidad de la política de seguridad democrática, la confianza inversionista para la explotación de los recursos naturales y una cohesión social al rededor del Uribismo. Por otro lado, está la creciente ola de la llamada socialdemocracia de centro que quiere capitalizar un caudal electoral aprovechando el discurso crítico respecto de las viejas formas de hacer política, y se muestra como una opción política culta, democrática, capaz de dar un nuevo aire a la polarizada y polarizante política nacional, pero que de fondo no presenta un proyecto político distinto al neoliberalismo económico y el autoritarismo político. Finalmente la “izquierda” que no logra crecer en términos reales, por el contrario pierde curules y no logra sostener el proyecto de unidad en una campaña deslucida, personalista, sin proyecto político claro. Además no cuenta con un candidato que represente claramente a la izquierda, pues sus posturas frente a temas centrales y sensibles para el país, se muestra de acuerdo con la política dominante en cuanto a la continuidad de la seguridad democrática y la negativa a los acuerdos humanitarios.

Los Colombianos asistiremos a las elecciones presidenciales sin muchas garantías, con candidatos seleccionados por el gobierno y con una maquinaria construida con la burocracia gubernamental, muchos de ellos respaldados por el narcoparamilitarismo y todos, o casi todos rodeados de corrupción y sin propuestas políticas alternativas; y todos sin vocación de paz. Ante este panorama hemos venido reflexionando sobre las posibilidades reales de cambio, y una vez más nos encontramos ante una difícil situación que nos obliga a pensar en formas diferentes de participar en la política electoral; intentando guardar coherencia ética y política como instancia crítica que son y deben ser los movimientos y las organizaciones sociales populares. Las reflexiones nos han llevado a observar la posibilidad de promover el voto en blanco como manifestación del inconformismo que se tiene hacia los candidatos presidenciales de los próximos comicios para canalizar el descontento y la desconfianza de sectores populares que buscamos caminos de paz para conquistar una verdadera sociedad democrática.

Ante esta situación, queremos invitar a que Voten en Blanco como una forma de decir a los Colombianso y a los candidatos que queremos una política verdaderamente distinta. Una política que se deslinde del Modelo de estado neoliberal.

Una política que promueva la solución política al conflicto social y armado.

Una política en defensa de la soberanía territorial

Una política de seguridad social centrada en la vida digna

Una política por la democracia real